Adolfo FERNANDEZ-ZOILA
L'Harmattan Ed Paris, 1999 Tapa : « Parcours n° 26 », Charles Bellenfant. |
Las crisis de existencia son cada vez más frecuentes en todos los campos de lo humano. A partir de varuas historias de vida clínicas, se explora aquí algunos tipos de situaciones de sufrimiento psíquico. En la psicopatología del trabajo, en los dominios de la emigración y de la nostalgia, en el dominio de la sensitividad de relación, o aún en las relaciones compartidas entre sí y el otro, la afectividad y el sentir pueden estar en crisis en todos lados. Es conveniente saberlo y conocer los funcionamientos para preveer nuevos agenciamientos psíquicos más propicios a la edificación psicológica del Sí mismo. En la perspectiva de une hermenéutica metamórfica, las figuras concretas de la afectividad y de las formas sensibles del sentir pueden recibir otra transformación. Es lo que el autor intenta de abordar, analizando los juegos invisibles de las encarnaciones en ciertas situaciones neuróticas depresivas y casi irreales.
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Adolfo FERNANDEZ-ZOILA, médico de los Hospitales psiquiátricos, docto ès Ciencias Humanas (psicología) estudia las relaciones de encarnación entre la fenomenología de las palabras y las formas sensibles de lo humano. Después de Ruptures de vie et névroses (1979), Freud et les psychanalyses (1986), Corps et thérapeutique : une psychopathologie du corps (1986), y algunas otras obras, comenzó una serie de ensayos sobre la psicopatología productiva con su obra La chair et les mots (1995). |
AFZ es psiquiatra y Doctor en psicología. Estudia "las relaciones de encarnación entre la fenomenología de las palabras y la formas sensibles de lo humano", empresa jalonada ya por la publicación de numerosos trabajos remarcados (Rupture de vie et névroses, 1979; Temps de travail, temps de vivre, 1983, Corps et thérapeutique, 1986; La chair et les mots, 1995 ).
Practica la "fenomenología existencial" y se ocupa primero de definir lo que es la hermenéutica en psicopatología; más interesado por la "psicopatología productiva", por la "creatividad expresiva" que por la psicopatología deficitaria, por lo tanto por La Vida de las formas (con la referencia a la obra de Focillon, 1934). Hay una vida propia de las formas sensibles y los actos humanos no sabrían reducirse a leerse como textos solamente cargados de sentido.
AFZ propone "una herméneutica metamórfica y transformacional de las diversas formas en las cuale se mueve el humano, en él mismo y en el mundo (p. 15).
Pero si no niega (lejos de ello) que "cada individuo ganaría a poner su vida en palabras", como nos lo enseño Freud, el sostiene que "una psicopatología productiva es posible abordando los lazos secretos de las palabras en el seno del lenguaje que cada uno construye para servir de estructura a su personalidad y para hacer nacer de allí todas las arquitecturizaciones ínfimas que llegan a la expresiones creativas de lo que llamamos identidad, permanencia del sí, integridad humana sobre juegos variados de la carne y del cuerpo. La calidad de las mediaciones en el intra-sí como en la inter-individualidad social es garante de los desarrollos por venir hacia lo que fue llamado la libertad y que pasa, según nosotros, por la adquisición humana de una dimensión estética" (p. 2l1).
Las referencias son eruditas (pero expuestas), el lenguage especializado (pero definido). Peor todos estamos concernidos, sin dudas, ya que se trata de la importancia mayor de dos series de actividades: las ligadas al trabajo y aquellas involucradas en las formas de la afectividad. "Nos ha parecido que el trabajo y el amor pueden ser considerados en tanto que existenciales, cubriendo una base fundadora, de algún modo, del todo del hombre". Ciertamente trabajar y gozar... Freud nos lo había dicho ya, que es de éso lo que debíamos obtener el control y la justa satisfacción*. Los tiempos cambian, el lenguaje también; los problemas de base, mucho menos.
En cambio, lo que sí lo puede (el tiempo vivido y la dimensión estética) merece una actualización permanente. De allí la utilidad de un trabajo como este, sobre todo cuando a los desarrolos eruditos siguen observaciones (numerosas y bien elegidas) como se apreciaban antes: historias de vidas.
R.M.Palem
* No me sorprendería, que en un otro sentido y por otras razones Marx lo haya soñado también...